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CUIDADOS DE LA GAITA GALLEGA

Publicado por: Jorge de la Fuente Maganto En: Gaitas En: Comentario: 0 favorite Clica: 9842

La Gaita Gallega es un instrumento construido con madera, un material sensible a los cambios de humedad y temperatura. Se pueden utilizar de distintos tipos y suelen ser de alta dureza y poco porosas. Es necesario que sea así para mantener cierta estabilidad ante tales cambios. 

La palleta consta de dos palas o lengüeta doble y sección cónica que hace sonar el punteiro, que es la parte de la gaita que ejecuta la melodía.

El pallón es una caña de lengüeta simple de sección cilíndrica que hace sonar a los bordones (ronco o roncón, ronqueta o ronquillo y chillón o chieiro).

En la siguiente fotografía se ven de izquierda derecha las palletas para tres tonalidades distintas (Re, Do y Sib/La), y los pallones para los distintos bordones. 

La palleta y el pallón/pallones (muy utilizados ahora de materiales sintéticos debido a su mayor estabilidad sonora) tradicionalmente se construyen de otro material mucho más sensible que la madera: se trata de la caña de la variedad Arundo Donax.

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Como comentaba antes, aquí se ven tanto las palletas como los pallones hechos de caña y también sintéticos.

Particularmente yo uso tanto palletas como pallones hechos de caña, aunque también he de decir que los pallones sintéticos (a pesar de que tienen un timbre ligeramente distinto al de la caña) me parecen muy interesantes de usar por su estabilidad sonora.

A continuación, un dibujo de la Gaita Gallega y sus partes.

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El fol (fuelle) es el depósito de aire que llenamos a través del soprete para que suenen todos los elementos sonoros. 

Después de esta breve descripción del instrumento vamos a entrar en la parte de sus cuidados.

Quiero hacer hincapié en este principal cuidado, ya que suele ser algo en lo que al principio no caemos:  cuando intentemos meter o sacar el punteiro de su buxa hagámoslo agarrándolo por su mesa ya que si lo hacemos desde más abajo (hacia la campana) corremos un alto riesgo de romperlo. Además así tendremos mejor dominio para no dañar la palleta.

También hay otras dos partes de la Gaita que hay que extraer e introducir de manera cuidadosa, me refiero al ronquillo y al chillón.

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Cuando estos dos bordones tienen llaves de apertura/cierre (dependiendo del artesano pueden tener llaves o un tapón simple en las salidas de sonido) sería un error servirnos de ellas como palanca para extraerlos o introducirlos en sus respectivas buxas, ya que podríamos fácilmente partirlas.

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Lo mejor en este caso, es sacar totalmente la llave y entonces proceder a la maniobra que necesitemos. Después la volveremos a colocar en su sitio.

Es importante también mantener en buen estado los corchos de cada uno de los espigos.

Los espigos son las partes que unen una pieza con otra y que tienen una zona cubierta con corcho. 

En los bordones, aparte de servir para unirse con sus buxas, el resto de los corchos ajustan y deslizan sobre la pieza siguiente para su afinación.

Es muy conveniente mantenerlos lubricados con sebo o con algún otro tipo de lubricante como lanolina u otros. No recomiendo la vaselina para corcho natural ya que con el tiempo lo endurece y resquebraja.

En esta parte del texto, hablaría de los cuidados del fol, pero creo que hoy por hoy es casi innecesario, debido a que desde hace ya bastantes años se fabrican de un tejido sintético que tiene una membrana osmótica, que a la vez que no permite que salga el aire también transpira, con lo cual se evita la formación de hongos y evidentemente es mucho más saludable que el tradicional de piel (anteriormente solían ser de cabrito y necesitaban bastante mantenimiento).

A continuación, unas fotos del fol sintético.

Otro cuidado importante es el de la madera de la Gaita en sí, sobre todo por la parte interior, ya que la parte exterior, exceptuando algunos casos concretos, ya está recubierta con un tratamiento de laca, cera o barniz. Es conveniente cuando este tratamiento se desgaste o deteriore enviar el instrumento al artesano para que lo renueve.

Yo suelo impregnar el interior de todas las piezas (exceptuando el soprete si está “blindado” interiormente y el punteiro si lo desaconseja el artesano) con aceite de almendras dulces (de primera presión en frío). Creo que es la mejor opción ya que es un aceite muy fino que no deja restos y se puede aplicar fácilmente con una baqueta de limpieza o por goteo, inundando la parte interior y vaciándola más tarde.

Dejo reposar las piezas con el aceite hasta el día siguiente y seco con un trapo de algodón el excedente que resbaló hacia abajo (se puede hacer en un cubo de plástico pequeño, por ejemplo, y además así recuperar el sobrante para más usos). 

Hacerlo una o dos veces al año es suficiente.

Los motivos por lo que es bueno hidratar periódicamente el interior de la gaita es protegerla contra la humedad y su defecto en climas secos. 

Es muy recomendable que después de tocar se quite el soprete y se guarde para que toda la humedad posible tenga una mejor salida del fol.

Cuando tocamos, sobre todo en épocas de frío, la diferencia de temperatura entre el aire que exhalamos y la del exterior es muy grande, con lo cual también la condensación en el interior de la gaita es mucha y puede que a medio o largo plazo genere grietas más o menos importantes en algunas piezas de ésta.

En casos extremos como éste en el que la condensación es muy grande; recomiendo que al llegar a casa se separen todos los elementos uno por uno con la funda o estuche abiertos, que sequemos con baquetas de limpieza y con trapos de algodón todas las zonas posibles y dejemos que “respire” así hasta la mañana siguiente.

** Cualquier duda o consulta escríbeme a jorgedelafuentemaganto@gmail.com  o a mi WhatsApp  620 613 958.

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